


Organización sin fines de lucro


Niños, niñas y adolescentes (7-17 años)
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Este grupo representa el núcleo principal del proyecto, ya que son los más vulnerables a la influencia de entornos de riesgo, incluyendo el consumo de sustancias psicoactivas. El proyecto se enfoca en:
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Estudiantes de instituciones educativas públicas y privadas de las comunas nororientales de Medellín, quienes requieren herramientas educativas y recreativas para alejarse de situaciones de riesgo.
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Niños y adolescentes en riesgo de deserción escolar, expuestos a dinámicas de violencia y exclusión social.
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Jóvenes en contextos de vulnerabilidad social y económica, con acceso limitado a actividades extracurriculares y oportunidades de desarrollo.
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Adolescentes en riesgo de ser reclutados por grupos delincuenciales o de consumo de sustancias, quienes necesitan redes de apoyo y oportunidades de crecimiento.

Docentes y líderes comunitarios
La comunidad educativa y los actores sociales juegan un papel clave en la prevención y acompañamiento de los niños y adolescentes.
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Docentes de colegios y centros comunitarios, quienes recibirán formación en estrategias de prevención, detección temprana y atención de casos de riesgo.
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Orientadores escolares y personales psicosociales, quienes fortalecerán su rol en la detección y acompañamiento de estudiantes en riesgo.
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Directivos y gestores educativos, que facilitarán la implementación del programa en sus instituciones y fomentarán la cultura de prevención.
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Líderes comunitarios y organizaciones barriales, encargados de fortalecer el tejido social y promover el acceso a oportunidades de desarrollo.

Familias y cuidadores
El papel de las familias es fundamental en la prevención del consumo de sustancias y en la formación de hábitos saludables.
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Padres y madres de familia que requieren orientación y herramientas para la prevención del consumo de drogas en el hogar.
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Cuidadores, abuelos y familiares responsables de niños y adolescentes, quienes muchas veces asumen la crianza en entornos de alta vulnerabilidad.
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Familias en situación de pobreza y precariedad laboral, cuya falta de estabilidad puede aumentar los riesgos de exclusión y consumo en los menores.
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Hogares con antecedentes de consumo de sustancias psicoactivas, donde es clave una intervención temprana para prevenir patrones de repetición.
